martes, 18 de diciembre de 2012

#juguemOS: cambio y resistencia (parte 6)

Esta sin duda fue una de las charlas más comentadas y prueba de ello es la gran cantidad de gente que participó (lo siento por las otras dinámicas...). Empezó con una pequeña charla del facilitador en el que atacó el problema del cambio, que sería el eje central del resto del encuentro: el cambio y la resistencia. Habló de tres factores que hay que tener en cuenta al promover un cambio:

  • Psicológicos: Si nos cargamos el departamento de middleoffice... y yo soy el jefe de middle office... ¡oh mierda! No me interesa...
  • Emocionales: Yo estuve aquí cuando se conformó middleoffice... snif! tengo muchos recuerdos aquí :'( ¡No quiero irme!
  • Comportamentales: Ahora me van a trasladar a trabajar a la oficina de chichinabo... pfff! A saber si me voy a comer atasco... Estoy mejor aquí.
A continuación, centró el tema en el cambio de metodología dentro de una empresa. Para ello, dibujó un triangulo y colocó en la parte más alta a los jefes: "No me afecta, soy demasiado importante"; en la parte de abajo a los curritos: "¿Más autogestión? ¿más responsabilidad? ¡me interesa!"; y por último a los jefecillos: "Ya no voy a ser necesario, me van a quitar de en medio...". Es evidente quién va a oponer más resistencia al cambio, así que nos centramos en su figura.
A continuación hicimos un ejercicio habitualmente mental y lo plasmamos en papel. Consistía en encontrar la forma de convencer a esa persona para que quisiera llevar adelante el cambio, pero para ello, no nos podíamos limitar a darle razones al cargo, teníamos que dárselas a la persona. Por este motivo, en una primera hoja dibujamos como era nuestro personaje: sus aficiones, sus gustos, sus manías, su vida, sus enseres, su contexto psicosocial y las horas a las que se levantaba para ir al baño :) Le pusimos el nombre de Borja, una corbata para indicar que era jefe y una biografía de tomo y lomo; fue curioso: salió un jefe 'trepa'...
Ya teníamos la base, ahora había que crear sus motivaciones. Para ello dibujamos en una segunda hoja una cabeza ladeada en la que cada sentido se correspondía con las ideas que podía percibir e interpretar nuestro personaje acerca del Scrum: miedo, oportunidad, perdida de poder, prestigio, dinero, más dinero, etc. 

El siguiente punto fue crear un mapa mental. En el medio pusimos como tema central el agilismo y de ahí fuimos sacando ideas positivas y negativas que podía tener en sí mismo. Pronto hicimos una radiografía de Scrum en toda su crudeza.
Tras estos dos puntos divergentes, había que converger, por lo que asociamos todas las ideas que le preocupaban a nuestro personaje sobre las ideas relacionadas del mapa de Scrum. Con esto, podíamos anular las inquietudes y reforzar las aspiraciones con razones y argumentos del beneficio que le reportaría a Borja llevar a cabo el cambio. Ideal para taladrarle el cerebro en una charla corta de pasillo aprovechando que se levanta para ir al servicio (sí, para algo apuntamos esto jeje).
Y esto fue todo, la siguiente charla a la que asistí se llamaba simplemente: Kanban; os adelanto que fue muy ilustrativa...

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